Las consecuencias las estamos pagando muy caro, y como ejemplo, está el ausentismo y el fracaso escolar, llegando incluso, a la violencia en las aulas. Notas discordantes que nos demuestran que algo no va bien.
Y estas incidencias se producen gracias a la desmotivación y a la falta de recursos que sufrimos. Engendramos con ello un gran desorden en toda la estructura académica e influyendo no poder llevar a cabo una importantísima labor, cómo es formar a aquellas personas que en un futuro serán parte integrante en la confección de un bienestar en esta nación.
Y después de todas estas cuestiones, me asaltan algunas preguntas. ¿Qué intereses hay que un pueblo no pueda acceder a una buena enseñanza?, ¿son las instituciones y poderes políticos los artífices de este proceso?, y si fuera así….¿qué es lo que temen?
Pues bien, ya hemos diseminado algunos problemas, ahora nos queda buscar la solución posible para afrontar dicha cuestión.
A mi parecer, uno de las cuestiones más significativas y urgentes para poder atajar este asunto no es otro que proporcionar una enriquecedora formación a aquellos profesionales de la educación. De esta manera, un profesor bien cualificado podrá influir notablemente en el rendimiento del alumnado.
Así que aquí, no todo vale. La selección de un profesorado competente, para poder impartir las clases que mejor se adapte, y una eficiente clasificación de alumnos, para poder llegar a recibirlas, hace todo ello en su conjunto, una conexión esencial para poder llegar a la meta que ambas partes pretenden. Entre otros asuntos…
Confiemos que en un futuro no muy lejano, esta maravillosa versión podrá manifestarse. Y la próxima generación disfrute de los logros que otros hemos podido conseguir. Para ello intervengamos cuanto antes y dejemos bien claro lo que queremos, que no es otra cosa que prepararnos de la mejor forma posible, y así poder acceder a un bienestar laboral, social y familiar.
Seamos libres de pensamiento y de palabra. ¡Hace falta ya!.
Inma Gálvez
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