La Mariposa y el Capullo
(la ayuda que debilita y la dificultad que vigoriza)
"Cuando la oruga se convierte en crisálida, prácticamente acabada su metamorfosis en lepidóptero, le falta todavía una prueba que superar para llegar a ser realmente una mariposa. Debe romper el capullo dentro del cual se ha operado esa transformación, a fin y efecto de librarse de él y emprender el vuelo. La oruga teje su capullo poco a poco, de manera progresiva. Pero la futura mariposa no puede librarse de ese modo gradual. Es necesario que haya acumulado fuerza suficiente en las alas para romper su cárcel de seda con la mayor rapidez posible.
Esa última prueba, precisamente, con la potencia exigida a la mariposa y que ésta habrá acumulado previamente, garantiza que se haya desarrollado la musculatura que enseguida va a necesitar para volar.
Si alguién, ignorando ese detalle importante y creyendo "ayudar" a la mariposa que está a punto de nacer, se adelantase a romper el capullo, habría dado a luz un lepidóptero totalmente incapaz de volar. Porque éste no habría tenido ocasión de utilizar la resistencia de su sedosa prisión para desarrollar la fuerza imprescindible a fin de librarse de ese impedimento y echar a volar seguidamente. Una ayuda mal concebida puede así resultar perjudicial y, en ocasiones, incluso mortal."
De el libro: "La rana que no sabía que estaba hervida...y otras lecciones de vida".
Olivier Clerc
Muy bueno el libro. Las alegorias nos abren los ojos y nos permiten ver y tomar conciencia de lo que ocurre realmente.
ResponderEliminarAsí, viendo lo que es, ya no nos podemos llevar a engaño y "sabremos" desde la verdad cuál es el camino bueno, aquel "del simbolo" que reune, junta o unifica.