martes, 20 de julio de 2010

La Energía del Dinero



Ha llegado a mis manos, un artículo que me ha hecho abrir más, si cabe, los “ojos”…..Alessandro Di Masi nos da su muy acertado punto de vista sobre el valor que tiene todo aquel profesional que se dedique a las terapias manuales complementarias. Y como nada es “casual”…desde aquí doy las gracias por todo aquello que ha ayudado, para que me llegue esta valiosa información. Gracias Alessandro!!
Os transcribo textualmente el artículo íntegro, ¡¡que lo disfrutéis!!


El Dinero es Energía.


"Imaginemos a alguien que trabaja en una fábrica de vehículos de automoción, en una fábrica de coches, ganando mil euros al mes. Le gusta su trabajo pues se dedica a colaborar en la creación de algo que le gusta a la gente. Un coche nuevo, algo nuevo, algo nuevo en la vida, algo que le durará seis o siete años. Nos remontaremos a la época en la que el director de tu empresa te convoca en su despacho para pagarte tu sueldo, en metálico, en efectivo. Te da un billete nuevo de mil euros, esos mil euros representan 180 horas de tu cariño, de tu dedicación, en definitiva, de tu trabajo. Cuando los recibes no te sientes mal, te ayuda a valorar tu esfuerzo. Sentirse valorado da felicidad. El dinero es la forma en la cual la sociedad actual nos dice “Gracias”, “Amo lo que haces” y los experimentos del Dr. Masaru Emoto (El Poder Curativo del Agua – Ed. Obelisco) nos confirman que son las palabras que más curan.
Consideremos que ha podido ahorrar y ahora se puede gastar esos mil euros, le gusta el fútbol, se acerca el mundial y al pasar por un establecimiento ve una televisión que cuesta mil euros, valora que lo puede pagar y lo hace con ese billete de mil euros.
El comercial que le vende el aparato tiene una hija que está a punto de casarse. Sabe que su hija estará dos o tres años de alquiler, en un piso hasta que pueda conseguir algo en propiedad. Este hombre piensa en algo que le pudiera regalar a su hija. De vuelta a casa pasa por un centro comercial y ve el anuncio de una tienda de muebles: ¡Amueble su piso por 999 euros!, piensa que, de momento, sería una buena opción mientras puedan adquirir otros productos mejores, se encontrarán su casa amueblada con mi regalo.
El vendedor de muebles necesita animarse y al ver que ha conseguido la venta, decide tomarse unas vacaciones. Es una persona a la que le gusta mucho el mundo de las energías y siempre ha tenido pendiente ir a Egipto, ahora es el momento. Decide viajar a Egipto a sentir las energías de las pirámides, Luxor, Karnak, el Valle de los Reyes, Abu Simbel…
Este vendedor paga su viaje, le cuesta mil euros y los paga con ese mismo billete. Es el mismo billete que pagó el operario de la fábrica de coches, el mismo que pagó los muebles de la casa de la hija del vendedor de televisores y ahora es el mismo que pagará un viaje a Egipto.
Cada vez que ese billete cambia de mano aumenta su valor: sube su vibración.
La gente que dice: “¡El dinero no da la felicidad!” no se da cuenta que rechaza el dinero. El dinero es una energía. Mira cómo este billete ha ido ganando, esa energía está memorizada en él. ¿Por qué creen que los vendedores de los mercados árabes se pasean con los bolsillos llenos de billetes? Si queremos que un terapeuta tenga calidad en su trabajo debemos valorar ese trabajo y cada sanador debe aprender a cobrar por su trabajo. La mayoría de los terapeutas no lo hace. La mayoría de los terapeutas de terapias manuales: reiki, reflexología, etc., se quedan en su grupo de amigos, se hacen terapias entre ellos, ninguno está realmente enfermo, ninguno lo necesita realmente. Eso hace que no vean resultados, no progresan. Como no cobran deben seguir yendo a la fábrica para recibir sus mil euros al mes, mientras el sector de la medicina, que a veces no se merece esos sueldos, lo cobran en un día.
Enseño a los terapeutas también un poco de marketing, no sólo sanación. Si tienen un buen producto, que es un valor suyo, su sabiduría, la tienen que vender y no regalar. Los sanadores deben ejercer seriamente y no desde sótanos, garajes y buhardillas. En Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania tienen más trabajo que los médicos de formación académica.
Si observamos las leyes españolas yo estoy en el epígrafe de “curanderos”. No somos merecedores de respeto, imaginamos a un curandero como a un abuelo indioamericano con plumas, colores, pintado, con campanillas. Tiene mala reputación. Para Hacienda un curandero es alguien que cobra “la voluntad”. La voluntad, para mí, es muy incómoda. Si yo valoro su trabajo y él me dice déme la voluntad, da la impresión que es un humilde mendigo. Yo he comprado algo y en la intención de hacerme un favor que yo quiero valorar, pienso…si es curandero, es muy modesto y yo le voy a dar 20 euros. Cuando me voy me asalta la duda: ….pensará que soy un tacaño, es verdad que me ha ayudado….pero no puedo dar marcha atrás, es posible que no vuelva más por la sensación que me ha quedado de no haber valorado bien su trabajo. Posiblemente me ha hecho una buena sanación, pero al sentirme mal por no haber valorado bien su trabajo, esa labor queda incompleta y la sanación no lleva una buena energía, la vibración que ha generado la visita no es buena. Si por el contrario el cliente le da 100 euros, el sanador podría pensar: “ese tira el dinero por las ventanas, ¡que prepotente…!”. Pague lo que pague, me quedo con dudas de haber quedado bien o mal y la vibración tampoco es buena. Cuando la vibración no es buena, solo puede ser mala. Las malas vibraciones son el contrario de una sanación. Cuando pagamos al médico con nuestra tarjeta, si somos honestos, nos damos cuenta que son los demás que pagan por nosotros. El habernos aprovechado de los demás no da buena vibración.
Suponemos que suelo ir a un buen masajista que esta semana se ha ido de vacaciones. Le pregunto a algún amigo si conoce a otro buen masajista, alguno me dice que sí, que conoce a un masajista extraordinario, me facilita los datos y me pongo en contacto con él, me da cita para el día siguiente a última hora de la tarde y pienso que estará muy ocupado cuando me ha citado a esa hora. Voy a su casa, es un señor joven, casado, con dos hijas pequeñas. Me acompaña a su garaje en el que improvisa un pequeño consultorio, eso me hace sentir incómodo, yo soy muy exigente para mi centro, para mis colegas y esa situación me hace sentir un poco ridículo, pero me hace uno de los mejores masajes que he recibido en mi vida. Me levanté de la camilla flotando y pensando el talento que le había dado Dios. Al preguntarle cuánto le debo él me contesta que, al ser amigo de su amigo, no quiere cobrar, “los amigos de mis amigos son mis amigos”. Le insisto de nuevo intentando hacerle ver que ha hecho un trabajo excelente, ¡Vamos, amigo, dime cuanto te debo!, ¿Cuánto vale?” me contesta que NADA, no quiero dinero por esto. Él me ha dicho exactamente lo que “vale” su trabajo: NADA. (por la PNL sabemos que cada palabra tiene una vibración). Yo me quedo con una deuda, el cincuenta por ciento de las enfermedades son causadas por deudas. Las deudas matan a la gente. No me ha querido cobrar nada, le doy las gracias y salgo pensando que con ese talento, yo, debería hacer publicidad por él. En cierto momento, después, me vuelvo a sentir con grandes dolores de espalda y pienso en él. Quiero sus manos, pero no lo voy a molestar, además no cobra. Si después de trabajar todo el día en la fábrica le voy a robar su tiempo, el de su mujer, el de sus hijos, me siento mal. Mejor me voy a ver a un profesional. Un profesional cobra. Si cobra da valor a lo que hace, por lo tanto le gustará, lo hará mejor y….podrá vivir de ello.
Esos son valores que quiero cambiar en la medicina alternativa.
En Suecia, en Alemania, en Chequia, el 50% de los profesionales de la salud son heilpraktiker que significa: “practicante de salud”, “especializado en medicina natural”. Los pacientes desean alternativas a las pastillas, quieren mejorar su estado en toda la extensión del término y necesitan profesionales de LA SALUD. En esos países ya se enseña a todos los médicos cuál es la causa metafísica de las enfermedades.
Ahora, en Suecia, es difícil escuchar que alguien diga que está enfermo, la mayoría saben que, si estás enfermo, es que has hecho algo mal, que piensas mal, que actúas mal o que simplemente ignoras algo. En los hospitales suecos hay pacientes, pero la gran mayoría están por fracturas, accidentes, muy pocos por enfermedades.
Albert Einstein dijo:……que si algún día todos dejamos de mirar a la Luna, la luna desaparecerá…”.


De la revista “Universo holístico”.
www.guiacieloytierra.es

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