Aunque el camino sea farragoso…y no encuentres paz, ni armonía en ese instante…párate, respira hondo y comienza a visualizar como tu luz interior se va encendiendo. Céntrate, obsérvalo bien, analízate dentro de ti…podrás obtener esa paz no encontrada, esa armonía que no existe afuera.
Esa luz empezará a darte un calor materno inconmensurable, una fuerza y un amor que te protegerá incansablemente. No querrás salir de ese maravilloso estado, porque en ese momento te estarías apartando todo el bienestar que necesitas.
Y “esa luz” radiará, cada vez más, hacia los demás. Porque regalarás e impregnarás de luz todo ser, todo lugar, toda situación, todo momento…y vivirás en un mar lleno de posibilidades, de caminos, de oportunidades.
Gracias a tu luz prenderás otras velas apagadas…tú serás el faro donde te deslumbrarán los llamados, donde atracarán con sus barcos llenos de ilusión por retomar una nueva vida, una nueva experiencia…según ellos creerán. Porque no recuerdan que éstos estados ya lo tienen dentro de ellos.. ten paciencia, igual que ellos te necesitan para aprehender, tú también les necesitas para obtener tu escala de aprendizaje.
Inma Gálvez
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