miércoles, 24 de febrero de 2010

Sembrar La Ilusión

Todos en nuestra vida hallamos momentos, sin saber como….un estado de melancolía, que nos hace sentir frustración, mal estar y desconfianza…

Y, son esos momentos, cuando tenemos que ser conscientes de querer afrontar esos sentimientos con pequeñas gotas de ilusión.

El momento es siempre el ahora. En ese presente podemos partir hacia una nueva aventura, hacia una nueva vida, hacia un nuevo amanecer….. Y querer transformar esos sentimientos destructivos por aquellos de bonda, amor, gratitud, esperanza, confianza, seguridad hacia nuestro interior, siendo sabedores de que todo ello nos nutrirá con la energía de la ilusión.

Es un trabajo constante pero en el que iremos sembrando, semilla a semilla, todas aquellas energías que nos hacen sentir todo lo mejor de nosotros mismos…pero para ello, y lo más importante, hay que no desvanecer en el intento, ni ser ansioso con el resultado final.

Porque de nuestro trabajo interior, se irá labrando un germinar constante, tranquilo, silencioso, sereno, amoroso…. Lo nutriremos con pensamientos frescos, con tratamientos amorosos hacia uno mismo, con momentos delicados para nuestro cuerpo…en definitiva con todo aquello que siempre nos haga estar elevados y podamos sentir nuestro interior limpio.

Se vá prosperando, día a día, momento a momento, es un camino contínuo, sin paradas ocasionales, por ello tenemos que sentir-lo constantemente…

Y el preciado regalo es que… todo va acumulándose en nuestra alma, en nuestras células, en nuestro cuerpo, en toda nuestra personalidad, de tal manera que cuando llegamos a llenarnos es cuando empezamos a irradiar-lo a nuestro entorno, y es entonces cuando somos partícipes de su florecimiento.

A través de su florecimiento comenzamos a vislumbrar que se ha realizado ya un des-prendimiento de nuestros recuerdos, sentimientos y emociones que no nos ayudaba ver el amor que latía en nuestro interior.

Gracias a ese soltar-nos ¡por fin! podemos sentir, percibir, ver que somos un canal limpio, fuerte, generoso, en el que sólo puede albergar todo amor para recibir y dar.

…. Y comenzamos a emprender otra nueva ruta, ahora, llena de mucha luz, caminando desde lo mejor de nos-otros y para nos-otros.

Ya nada puede dis-torsionar nuestro entorno, ni nuestro ser, ni incluso nuestra VIDA…porque ya de una vez por todas, estamos fuertes y revitalizados para el peregrinaje de ésta. Cualquier obstáculo parecerá inócuo e inofensivo hacia nosotros. Porque sentiremos, como nos late, la energía de la ILUSIÓN. Y… a través de su latir nos radiará la fuerza necesaria para afrontar todo aquel problema, duda o conflicto que encontremos.

Inma Gálvez




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